Como todos los años, los miles de conquenses que viven fuera vuelven a su tierra en estas fechas tan señaladas y queridas. Y eso se nota. Se nota en el tráfico, y ya no sólo en los atascos, sino en la forma de conducir. Como si Cuenca, comparada con las grandes ciudades no tuviese normativa y se pudiese hacer lo que uno quiera.
Por supuesto, durante el resto del año ocurren cosas similares, y tampoco se puede generalizar, pues no todo el mundo hace lo mismo, pero si es cierto que se nota el caos, en los aparcamientos, en no respetar las zonas de residentes, en no respetar pasos de peatones, etc.
Pienso que es posible hacerlo mejor y ser todos mucho más cívicos.
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