martes, 31 de enero de 2012

YO ESTUVE ALLÍ - TRAICIÓN RADIOACTIVA





Existen ocasiones en las que piensas que cuando algo va mal, ya nada puede ir peor, sin embargo, la experiencia nos demuestra que este razonamiento es erróneo. 
Eso es lo que sucedió en día 30 de diciembre del 2011, fecha negra de la historia conquense. Todos estábamos tan asumidos en el rol de la marginación, la exclusión y la injusticia de nuestra tierra, que ninguno podía siquiera imaginar lo que se avecinaba. Un nuevo golpe, una nueva puñalada, tal vez, la más dura y traicionera de las que hoy conocemos.
Todo ello, y es irrefutable, por una simple decisión política, por el nuevo gobierno. Y antes de que alguien venga a criticar, a uno y a otros, decir, que tanto el anterior gobierno a nivel regional y nacional, como el actual no han hecho bien las cosas, unos por no dejar las cosas terminadas y consensuadas, y otro por aprovecharse de ello. 
De nada sirve, debatir este hecho, si la decisión hubiese sido técnica, el ATC hubiese sido instalado en el lugar idóneo planteado a través del estudio de los técnicos y profesionales asignados para ello.

Cabe ahora preguntarse el motivo de la elección de Villar de Cañas desde el punto de vista político, aunque pocas dudas existen. Cuenca, desde siempre ha sido una provincia deprimida, tierra de emigrantes, de despoblación y difícil futuro, dónde es complicado prosperar. Bajo esto, se nos ha querido que viésemos como positiva la elección, pero yo y muchos otros, vemos otra cosa totalmente diferente. 
Esa despoblación y que seamos pocos hace que la decisión sea muy poco polémica. Partimos de la base de que siempre toda elección de un lugar para una construcción bajo la etiqueta de "nuclear" acarrea división, entre los que ven en ello algo positivo y los que no. Pero claro, si somos pocos y encima divididos, la posibilidad de plantar cara a la mencionada elección es ardua y complicada. 
Y esta es la triste historia de Cuenca. Siendo auto-críticos, somos un pueblo aborregado, que no lucha por aquello que quiere, que se limita como mucho a quejarse desde el bar sin más planteamientos, sin nada más que se le ocurra ofrecer o trabajar por el bien común. Gente enfrentada a otros, que también se quejan pero tampoco hacen nada. Decimos estar muy orgullosos de nuestra procedencia, lo pregonamos a los cuatro vientos allá dónde vamos, pero si de verdad fuese cierto, estaríamos mucho más comprometidos. Sólo tenemos que permanecer unidos, pues sabemos que cuándo queremos conseguimos las cosas, apelando al espíritu del "Ave por Cuenca".

Como he dicho en líneas anteriores, ambos partidos políticos han realizado una organización horrorosa de un asunto de tal magnitud, y ninguno, ni el PP ni el PSOE, cuyas diferencias cada vez me cuesta más vislumbrar, ha hecho algo que no sea dividir a la población, y pobres de nosotros que hemos jugado y seguimos jugando a su juego, en vez de trabajar unidos por defender nuestros derechos e intereses. 


Si he de argumentar algo más, decir que efectivamente el ATC traerá empleo, los primeros años, y pocos o ninguno después, dónde se empleará mano de obra especializada, inexistente en Villar de Cañas, y prácticamente inexistente en nuestra provincia. 
Las preguntas que surgen son: ¿a qué precio trae empleo? ¿Por qué si se quiere fomentar el trabajo en la provincia traen un cementerio que nadie quiere, y no nos han traído antes otra solución, o algo alternativo que no sea ni peligroso ni contaminante? Se me ocurren varios ejemplos, como Eurocopter, evidentemente tampoco queremos derrochar en algo inútil como un aeropuerto, pero...hace poco me enteraba de un nuevo proyecto que se quiere implantar en Lorca, se trata del mayor huerto solar de Europa, creará 11.000 puestos de trabajo durante su construcción, y 1000 después de esta. Esto es un millón de veces mejor que el ATC, ¿ya no se acuerdan de nosotros? 
Por todo esto no me sirven excusas vanas y vacías de contenido que no van más allá del engaño y el embuste.


En contra, los residuos nucleares permanecerán por milenios, llegando algunos residuos como el uranio o el plutonio a desaparecer dentro de 10.000 años. No es algo de "quita y pon", o algo que tengamos que aguantar estoicamente una década, esto es en cambio, una herencia envenenada para nuestros hijos e hijas. Ya ni siquiera es un problema para Villar de Cañas por la obsesión de unos pocos y un alcalde usado a merced de sus dueños, sino para toda la provincia, pues los residuos no llegarán allí por arte de magia, se usarán las vías del tren, muy probablemente hasta Tarancón y luego camiones hasta el destino final. Ahora que lo pienso ya sé porqué aún sigue mal-funcionando la línea regional en vez de estar cerrada. En definitiva, los residuos atravesarán la provincia, pueblos y la capital incluidas. Sabemos porque se han encargado de vendérnoslo, que es muy seguro, pero más seguro es si no llegan a pasar nunca. Por no hablar algo que está de actualidad, accidentes, que sí, que hay pocas probabilidades, pero pasan, a veces te lo dicen y otras lo encubren como Ascó. 


                        

Hubiese sido necesario hacer un debate a nivel nacional sobre el uso de estas energías, como se está haciendo en otros lugares dónde ya la rechazan. Que el mismo daño hace en Ascó, que en Yebra, o en Vandellós o Villar de Cañas es evidente, yo no lo quiero en ningún lugar, pero hecha la elección y siendo Villar de Cañas, tengo ahora dos motivos de lucha.

Por todo ello, el próximo día 12 de febrero, estaré en la manifestación de Villar de Cañas, para oponerme totalmente y luchar con todas mis fuerzas contra el ATC por los derechos de los conquenses y por nuestra provincia, junto con esos otros conquenses unidos, que si algún día esto fuese irrevocable o no, podremos mirar a nuestros hijos a los ojos y decirles orgullosos, "YO ESTUVE ALLÍ".